Lima, 05 de mayo 2008
Hoy es mi último día en Lima, dejo de lado 25 años de mi vida en el lugar que me vio nacer, crecer, vivir y gozar, pero me voy porque necesito escapar de ti.
Te conocí hace cinco años, los mejores de mi vida, solo tenía 20 añitos y recién sabia lo que quería para mi futuro, la pintura y tu.
Desde el momento en que te conocí mi vida cambio ¿para bien o para mal? no lo se, lo que si se es que motivaste en mi todo lo que ninguna persona hizo.
Te conocí en un chat y, a pesar, que detesto "conversar" con personas que no conozco, contarle mis intimidades y secretos, mis dudas, mis deseos de vivir y más cosas, en ti encontré a la persona digna para que se enterara de mi vida.
Luego de varios meses de contactarme contigo vía ese medio, insinué en verte en persona y, aunque nunca te vi en una fotografía, supe bien como eras, o como quise que fueras, tu nunca te negaste, lo se bien, pero en el fondo, nunca tuve el valor de decir directamente mis pretensiones.
Cada vez pasó más tiempo, entre mis estudios casi concluidos y el tiempo con mis nuevos amigos, las conversaciones por chat fueron disminuyendo, hasta el punto en que pensaste que yo ya me había aburrido de ti, cosa nada cierta, decidiste dar el primer paso y vernos ya.
Yo solo te seguir la corriente, aunque me moría por verte la verdad, pero lo tome con la mayor tranquilidad del mundo. Me citaste en el lugar mas insospechado para mi, en el aeropuerto ¿por qué tuvo que ser ahí? no pregunté nada al respecto, no me queje ni me di por sorprendido, pero bah! yo si te quise ver.
Eran las 4 de la tarde, me moría porque fueran las 4:30, pero como siempre yo tan puntual, o mejor dicho tan impuntual, llego antes de lo acordado y más cuando se trata de ver a alguien con tanta curiosidad.
Olvide de decirlo, le di mi número de celular, y antes de la hora pactada me llego un mensaje de texto, un mensaje de Internet para ser más exactos, diciendo lo siguiente: " ya tengo los pasajes para nuestro viaje de ensueño. Por favor esperame que en unos minutos nos vamos "
Que rarísimo ese mensaje, pero supe que era de "star" (nombre de la persona con la cual chatee por cinco años)
Llegó la hora de verte y de irnos a nuestro buen viaje de ensueño, llegó la hora de la verdad, caminé unos pasos, llamaron por mi nombre, volteé y eras tu. Lo demás es historia ya contada por otros.
Cuando leas esto sabrás que este fue mi último día en Lima y olvide de decirlo del mundo, nunca conocí la venganza de una mujer. hasta hoy, el decir que no, armo en su ser el sentimiento mas impuro que puedas tener hacia otra persona, el odio.
Te conocí hace cinco años, los mejores de mi vida, solo tenía 20 añitos y recién sabia lo que quería para mi futuro, la pintura y tu.
Desde el momento en que te conocí mi vida cambio ¿para bien o para mal? no lo se, lo que si se es que motivaste en mi todo lo que ninguna persona hizo.
Te conocí en un chat y, a pesar, que detesto "conversar" con personas que no conozco, contarle mis intimidades y secretos, mis dudas, mis deseos de vivir y más cosas, en ti encontré a la persona digna para que se enterara de mi vida.
Luego de varios meses de contactarme contigo vía ese medio, insinué en verte en persona y, aunque nunca te vi en una fotografía, supe bien como eras, o como quise que fueras, tu nunca te negaste, lo se bien, pero en el fondo, nunca tuve el valor de decir directamente mis pretensiones.
Cada vez pasó más tiempo, entre mis estudios casi concluidos y el tiempo con mis nuevos amigos, las conversaciones por chat fueron disminuyendo, hasta el punto en que pensaste que yo ya me había aburrido de ti, cosa nada cierta, decidiste dar el primer paso y vernos ya.
Yo solo te seguir la corriente, aunque me moría por verte la verdad, pero lo tome con la mayor tranquilidad del mundo. Me citaste en el lugar mas insospechado para mi, en el aeropuerto ¿por qué tuvo que ser ahí? no pregunté nada al respecto, no me queje ni me di por sorprendido, pero bah! yo si te quise ver.
Eran las 4 de la tarde, me moría porque fueran las 4:30, pero como siempre yo tan puntual, o mejor dicho tan impuntual, llego antes de lo acordado y más cuando se trata de ver a alguien con tanta curiosidad.
Olvide de decirlo, le di mi número de celular, y antes de la hora pactada me llego un mensaje de texto, un mensaje de Internet para ser más exactos, diciendo lo siguiente: " ya tengo los pasajes para nuestro viaje de ensueño. Por favor esperame que en unos minutos nos vamos "
Que rarísimo ese mensaje, pero supe que era de "star" (nombre de la persona con la cual chatee por cinco años)
Llegó la hora de verte y de irnos a nuestro buen viaje de ensueño, llegó la hora de la verdad, caminé unos pasos, llamaron por mi nombre, volteé y eras tu. Lo demás es historia ya contada por otros.
Cuando leas esto sabrás que este fue mi último día en Lima y olvide de decirlo del mundo, nunca conocí la venganza de una mujer. hasta hoy, el decir que no, armo en su ser el sentimiento mas impuro que puedas tener hacia otra persona, el odio.
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